Institucional
Bogotá - Colombia
23.467 m2
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El Centro Deportivo, Recreativo y Cultural Gibraltar se concibe como un equipamiento emblemático que transforma un antiguo suelo en desuso en un espacio integral para el deporte, la cultura y el cuidado. Su volumetría se organiza en piezas diferenciadas que dialogan con el parque y el entorno urbano, generando recorridos abiertos y plazas de encuentro que invitan a la integración social. La disposición de los volúmenes permite que la arquitectura se perciba como un conjunto permeable, donde los accesos y circulaciones exteriores refuerzan la conexión con el barrio, el parque y la futura estación No. 1 del metro, consolidando al proyecto como un nodo urbano de gran impacto para Kennedy y Bosa.
En el corazón del conjunto se disponen los escenarios deportivos principales. La zona polideportiva y los espacios para disciplinas de combate se resuelven en volúmenes de proporciones contenidas, con cubiertas livianas y estructuras metálicas que permiten grandes luces sin interrupciones visuales. Este lenguaje arquitectónico genera espacios funcionales y flexibles, capaces de adaptarse a las exigencias de distintas prácticas deportivas y a su evolución en el tiempo. La claridad estructural y espacial otorga a los deportistas áreas confortables y técnicamente preparadas, que se convierten en una oportunidad para potenciar el rendimiento y la experiencia del usuario.
La volumetría de la zona acuática se diferencia mediante cubiertas amplias y dinámicas que permiten la entrada de luz natural, resaltando la escala y la apertura del espacio. En este sector se ubican la piscina olímpica y la semiolímpica, diseñadas bajo los estándares de la FINA, lo que asegura su capacidad para albergar competencias internacionales. El uso de materiales resistentes a la humedad y superficies reflectivas otorga un carácter técnico y contemporáneo al escenario, mientras que la transparencia y amplitud visual fortalecen la relación entre el espacio deportivo y el conjunto arquitectónico. Estas decisiones elevan la calidad de las instalaciones y garantizan un entorno cómodo y eficiente tanto para entrenamientos como para competencias.
La Manzana del Cuidado y los espacios culturales se expresan en volúmenes de escala intermedia que equilibran la monumentalidad de los escenarios deportivos. Auditorios, salones de enseñanza y áreas para actividades comunitarias se organizan en torno a plazas y senderos, donde la arquitectura transparente y abierta permite la apropiación visual desde el parque y las zonas de acceso. La elección de materiales cálidos en revestimientos interiores y la flexibilidad de los espacios refuerzan su carácter acogedor, ofreciendo a las familias y a las mujeres cuidadoras un entorno pensado para facilitar la vida cotidiana, combinar actividades y promover la integración comunitaria.
El paisaje y el espacio público complementan y enmarcan la volumetría del proyecto. La incorporación de vegetación autóctona y la implementación de Sistemas Urbanos de Drenaje Sostenible (SUDS) no solo responden a criterios ambientales, sino que se integran en plazas, andenes y zonas de estancia que suavizan la percepción de los volúmenes construidos. De este modo, la arquitectura se fusiona con el entorno, ofreciendo un complejo sostenible que recupera un suelo históricamente degradado y lo convierte en un espacio de vida, deporte y cultura. La materialidad robusta de los edificios contrasta con la ligereza de las áreas verdes, logrando un equilibrio que aporta valor al paisaje urbano y mejora la calidad ambiental de las localidades de Kennedy y Bosa.













